martes, 19 de agosto de 2014

La crueldad de los torneos de lazo

Los verdaderos culpables de la suspensión de los torneos de lazo, las tradicionales corridas de toros en Yucatan, pierden su objetivo para dar auge a la sangrienta actividad utilizando a los astados para otros fines con la finalidad de obtener dinero y lucrar con todo esto.

Mérida, Yucatán, 19/Agosto/2014/.- Los ganaderos, empresarios, vaqueros y parte  de la afición donde se confunde la corrida tradicional yucateca con los Torneos de Lazo. Las corridas se hacían como una tradición que implicaba riesgo, pero sin el afán y la malicia de matar a un caballo o torero, donde el empresario o fiestero era del mismo pueblo, que lo hacía con el único objetivo  de una promesa o de venerar a su santo.

Asimismo personas que actualmente laboran y han dejado de laborar en torno a los torneos de lazo en este tipo de actividades y publico en general se manifiestan contra lo que ahora, las propias leyes que rigen es penado y por lo tanto ilegal.

Ahora las cosas cambiaron cuando empezó en el 2008, se estima que a lo largo de estos años se han masacrado a unos 500 caballos a través de los torneos de lazo se llegaban a pagar al ganador al toro que masacrara 30 mil pesos, esto alentó mas aún para que las ganaderías compraran caballos cuyo costo era de unos 3 mil pesos que eran puesto en el ruedo sabiendo que morirían o bien serían lesionados letalmente.

Cabe mencionar que  las tradicionales corridas de toros, fue así, como mas de 100 años que se estima se realizaban este tipo de eventos En el que los toros eran donados por los ganaderos de la región o incluso  por la misma  gente  de la población, cabe mencionar que  juntaban “su dinerito” para esperar la fiesta tradicional de su pueblo que era la única distracción  que tiene la gente humilde.

Inició en el municipio de Mama el Torneo de Lazo

En el cual  la corrida no era símbolo de negocio, sino una tradición. Que se fue ensuciando al entrar empresarios que miraron las corridas únicamente como Símbolo de Dinero. Es entonces que una persona Walter de Mamita, inventó los torneos de lazo por primera vez en Yucatán. Donde la gente le pareció atractivo y sobre todo novedoso, cobrando auge rápidamente en el gusto de los yucatecos, sin imaginar el desenlace que tendría los torneos de lazo.

Es entonces que los toros caballistas que  los ganaderos no sacaban para no  tener problemas con los vaqueros o la gente, empezaron a ser sensación en los torneos y a cotizarse en precios elevados. Es aquí cuando algunas personas se volvieron ganaderos, tales como  Omar Romero de Conkal, Fernando Álvarez de kanasin, Wicho Magaña de Ticul y “el cabecilla del movimiento a favor de los torneos de lazo” el ahora empresario y ganadero sin escrúpulos Miguel Avilés de Temax entre otros; porque representaba, poder, prestigio, respeto y una muy buena fuente de ingresos. Se dedicaron a conseguir toros caballistas. Incluso llegando a traer toros de otros Estados, con el propósito de tener en sus corrales a toros caballistas, con la finalidad de ser la ganadería número uno, a costa de lo que sea, sin importar la vida de los caballos y la integridad de los vaqueros.

Pero no contaban con que habría vaqueros que rápidamente lograrían adaptarse a este tipo de toros caballistas, como son el Guero Camara, Choky Sarabia, Bubi Cámara, Fidel Cardós, Chepis, Josef de Ticul entre otros nombres de vaqueros afamados por su destreza en el ruedo.

Es entonces cuando todo cambió en los torneos de lazo, donde ganaderos sin conciencia y sin escrúpulos como Miguel Avilés, se volvieron empresarios para hacer torneos en todo el Estado de Yucatán queriéndolos monopolizar, con el único  afán de ser la ganadería  número uno, cosa que en el caso de Miguel Avilés hasta la fecha no logró ser.  Tomaron medidas drásticas contra estos vaqueros profesionales que se volvieron intocables, ya que era dificilísimo  que sean alcanzados por sus toros, tiempo en el cual, Wicho Magaña ganadero  y empresario declara el veto en su lienzo la Mejorada de Ticul, donde no podían entran vaqueros profesionales, solo novatos sin ningún torneo ganado, ya que los “empresarios” y Ganaderos  sabían que los novatos eran presa fácil. Y los alentaban con premios miserables, que eran repartidos entre todos los participantes que lograrán lazar.

Lo mismo sucedió en la Plaza de toros El Retoño, donde el ganadero Fernando Álvarez  inicio series de torneos únicamente para novatos. Donde en su inauguración contrató a 8 vaqueros “desconocidos” para que metieran caballos destinados a morir en el ruedo, para que su plaza se levantara rápidamente, y así fue.

Fue entonces que en Yucatán empezaron a haber muchas muertes de caballos en los ruedos, accidentes, cornadas o mejor conocido como “Destripadas”. El cual a gran parte de la afición le gustó y el morbo fue cada vez más fuerte. Sin dejar de mencionar al empresario Panchocot quien se negaba a pagar a los ganaderos si sus toros no mataban caballo. Cabe mencionar que Miguel Avilés y demás ganaderos le pagaba a filmadores como Grabaciones Andrey, Filmaciones YONI, Filmaciones CARLOS “La Voz del Sur”, Filmaciones FAUSTO, Filmaciones LIMBERTH, para que grabaran a sus toros en el momento de la masacre a los caballos y posteriormente lo sacaran en discos exaltando este hecho, que luego se distribuían por todo Yucatán a través de la piratería, con el único fin de que sus toros se conocieran por todo el Estado así como su divulgación en las diferentes redes sociales y páginas de internet como www.torneodelazo.com donde se promueve estas actividades.

Pero no contaban que después de tantos caballos masacrados en el ruedo, los vaqueros novatos dejarían de entrar, y a los  empresarios no les quedó más remedio  que levantar el veto a los profesionales, pero con condiciones  y reglas que la gente no supo, ya que fueron acuerdos entre ganaderos, empresarios y vaqueros. Una de esas condiciones, era de que estos vaqueros profesionales no podían lazar a los toros “estrellas”, o sea al más malo o “caballista” para que este tuviera más oportunidad de alcanzar cabalgaduras de los novatos, a cambio se les pagaría un dinero extra adicional al premio anunciado.

Cada ganadero empleó métodos diferentes para su propio beneficio, aunque públicamente se llevaban, se comían entre ellos por ser la mejor ganadería.

Fernando Álvarez le puso una faja en el pecho a sus toros en vez de cincha o pretal, la cual daba descargas eléctricas al animal, que eran controladas a distancia, para que cuando los vaqueros estuvieran cerca del toro para lazarlo, embistiera por la molestia de la descarga eléctrica. Pero no contaba que después de varios caballos muertos, los vaqueros descubrieran y se quejaran de este truco, por lo que no les quedó más remedio que quitar la faja eléctrica.

A diferencia de Omar Romero, que le sacaba punta excesiva a los cuernos de sus toros para que al momento de embestir cumpla su objetivo que era el de masacrar al caballo, además de pagar jinetes para que se dejaran cornear, como aquella ocasión en Panchocot en el duelo de ganaderías, que por un premio de 30 mil pesos al mejor toro, compró un caballo y pagó a un jinete en lo que fue una destripada muy obvia, que incluso acabó en pleito entre ganaderos por la forma en que el vaquero desconocido le entregó el caballo al toro, entre otros duelos más, que de igual manera utilizó esta estrategia para ganar el título y el premio.

Wicho Magaña, ganadero de buena posición económica, contrataba a sus mismos peones para que estos metieran caballos al ruedo y se los entregaban a sus toros para crear tragedia.

Miguel Avilés quien a fechas actuales era el que más torneos realizaba, empleó otro método. Le pagaba a los rejeros para que estos le abrieran cerca a sus ejemplares y tuvieran mayor ventaja contra los vaqueros, o buscaba ruedos chicos o defectuosos para que sus toros tuvieran ventaja, incluso mojaba de mas el ruedo hasta encharcarlos con el pretexto de que era para evitar el exceso de polvo para la afición, pero esa solo para crear accidentes y darle así fama a su ganadería y empresa, como en aquella ocasión en el torneo del lienzo la Flor de Dzununcan, donde el famoso Josef de Ticul se enfrentó al toro estrella y resbaló debido al ruedo encharcado, por lo que en esa ocasión su caballo fue destripado. Al ser empresa imponía que uno de sus toros de nombre “El Guadalupano” que carece de un cuerno, sea lazado “Xootbak” sabiendo perfectamente que era casi imposible. También alentaba a los novatos para que entren a sus toros, diciéndoles que si les mataban su caballo, les regalaría uno más  bonito y más caro.  Cabe mencionar que estos ganaderos entrenaban a sus toros a puerta cerradas en sus respectivos ranchos, dándole a sus toros en el corral  un caballo de bajo costo para que matara, para que el toro se ensañe más hacia los caballos, este hecho lo sabía solo el ganadero, empresario  y sus trabajadores del rancho, trabajadores que por cierto eran muy mal pagados, que por la necesidad económica se volvieron cómplices.

Es por estos hechos que los torneos se volvieron sanguinarios, crueles, insensibles olvidándose la tradición de la fiesta brava Yucateca, por la avaricia y ambición de estos ganaderos, convirtiéndose  solamente en un símbolo de dinero y poder para algunos empresarios.

Ahora afición yucateca, llamados “torneistas de corazón”, hagan un poco de memoria y sabrán que todo esto que han leído es la cruda realidad que ustedes han vivido y que fueron cómplices al asistir a estos torneos, sin saber que estos torneos ya estaban manipulados por estos ganaderos y empresarios. Y no me dejaran mentir porque seguro han presenciado la mayoría de los eventos aquí relatados aunque sea en video, que es lo que  originó el fin de los torneos de lazo, el cual este grupo de ganaderos quiere rescatar y legalizar, argumentando que es tradición.

Les dejo las fotos, son imágenes fuertes.
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